sábado, 18 de septiembre de 2010

Discurso pronunciado en la Embajada de Chile en la Argentina con motivo del día del Bicentenario de Chile.


En nombre de los Institutos Argentino Chileno de Cultura y del O'Higginiano de la República Argentina, tengo el honor de rendir, en su víspera, homenaje al Bicentenario de la hermana República de Chile y las Glorias de su Ejército.

Como es sabido, el proceso independentista comienza formalmente el 18 de septiembre de 1810, cuando el Cabildo Abierto constituyó la Primera Junta Gubernativa, integrada por siete miembros, predominando en el mismo el elemento criollo y cuya personalidad más vigorosa fue la de Don Juan Martínez de Rosas.

Constituye esta fecha, el inicio de la primera etapa de la tradicional división del proceso independentista, que la historiografía recogiera como: la Patria Vieja, que habría de culminar con el Desastre de Rancagua, y a la que seguirán las de la Reconquista y la de la Patria Nueva.

Los antecedentes y el disparador de esta gesta, tienen tanto, raíces comunes con los de otras potencias americanas, esto es, su condición de formar parte de un mismo sistema político descabezado, el Imperio Español; como particulares, derivadas de las circunstancias históricas, de los hombres, de su cultura.

Ahondar en sus causas es una tarea compleja y por demás conocida, donde destacan: el despotismo del gobierno español; el control sobre las ideas; la deficiente administración de la justicia; el ejemplo de las revoluciones atlánticas; las ideas de libertad y democracia de la Europa del siglo XVII; las de la ilustración española; quizás, como en el Plata, las doctrinas del Padre Suárez; la Defensa de Buenos Aires en 1806; las circunstancias derivadas de Bayona; la quiebra del fundamento del poder y de la subordinación; y en la culminación de un proceso selectivo de formación, que dará como fruto un grupo de hombres capaces de conducir el proceso de reemplazar un antiguo régimen de subordinación y crear un nuevo estado.

El 18 de Septiembre fue una revolución civil, es que las juntas de gobierno son las primeras de las manifestaciones de las conmociones internas del imperio colonial. Aquellos patricios de 1810 sólo pensaban en nacionalizar el gobierno – no independizarlo – bajo la soberanía del monarca español. “Es que odio a la monarquía, al decir de Julio Heise, y el deseo de implantar el régimen republicano fueron consecuencia de la lucha y no causas de la emancipación. La idea de la emancipación absoluta se abre paso lenta y laboriosamente a través de la Patria Vieja.”

La incertidumbre provocada por la situación en la Península derivó en un vacío de poder, aspecto que precipitó los acontecimientos, antes que aquellos patriotas – al igual que los de Mayo en este lar – pudieran decantar las ideas y sentimientos que abrevaran durante décadas de lecturas, viajes y tertulias. Es que las ideas al igual que las acciones tienen consecuencias. Y en este caso, las ideas y las acciones de los hombres de la Patria Vieja parieron la independencia política.

Patria Vieja, tiempo fundacional, que si bien estuvo signado por discrepancias, en cuanto a finalidades y procedimientos dentro del bando patriótico, y por la defensa heroica del territorio frente a tres expediciones realistas, dejará poso; ya que el ideal de emancipación se irá delineando en forma decisiva y vigorosa, es que las nuevas ideas liberales de principios de soberanía popular, constitucionalismo y gobierno representativo comenzaban a germinar; como bien lo demuestran: la publicación del Catecismo político cristiano, la Proclama de Fray Camilo Enríquez, el primer periódico nacional – La Aurora de Chile -, el Semanario Republicano bajo la dirección de Isarri.

Luego de la derrota de Rancagua se inicia la restauración del orden colonial español, lo que llevará a las fuerzas patrióticas a reorganizarse en Mendoza: había llegado la hora en que la espada remplazaría a la pluma. Tiempo de testimonio para con la Patria naciente, que encontrará hermanados a chilenos y argentinos en el Ejército de los Andes, los que a sangre y fuego derrotarán a las fuerzas realistas. Las cargas a la bayoneta de las fuerzas del general O`Higgins y las de los granaderos a caballo del general San Martín en Chacabuco, dieron fin a la dominación española de la Reconquista, dando lugar a la proclamación de la Independencia: nacía La Patria Nueva.

Pero no todo había terminado, llegaría la derrota de Cancha Rayada, pero aquellos chilenos y argentinos se agigantaron frente a este hecho y así llegó Maipú, que señalará el triunfo definitivo del bando patriota: la Independencia de Chile estaba asegurada. En Santiago y en Talco flamearía la Bandera de Chile.

Este Bicentenario del Día Nacional de Chile, es ocasión propicia para hacer examen del camino recorrido, como lo hiciera el doctor Joaquín V. González con su Juicio de la Historia, en oportunidad de conmemorarse el Centenario de la Revolución de Mayo, tema que como se entenderá es propio de los hermanos chilenos. Sin embargo permítaseme esbozar unas simples ideas desde la percepción de un argentino.

Desde aquí veo un País pujante, moderno, fuerte y vigoroso, con instituciones sólidas, que a lo largo de su Historia ha sabido forjar un equilibrio cuasi perfecto entre tradición y progreso, sembrado en las épocas del período portaliano, en la que ubicamos las gestiones presidenciales de Prieto, Bulnes, Montt y Pérez. Quienes gobernaron bajo el imperio de la Constitución de 1833, de la que fueran sus arquitectos Portales, Egaña y Andrés Bello; y en donde Juan Bautista Alberdi en tiempos de exilio abrevó el concepto de la República Posible: un ejecutivo fuerte, orden en libertad - lo que se adecua como guante a la mano en nuestras culturas políticas -, lo que plasmaría en el embrión de formalización del pacto político posterior a Caseros: su Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina.

La tradición hoy se expresa en el eufórico y sano orgullo de los festejos del Bicentenario del Día Nacional de Chile, y en el de las Glorias de su Ejército, esta parada militar que desde 1915 se viene realizando cada 19 de Septiembre, de la que tuve el honor de participar en mis años mozos como cadete del CMN, en la que el pueblo chileno recuerda que desde el primer día en que Chile fue libre, fue su Ejército el que la protegió y dio soberanía.

Amigos chilenos feliz Día de su Patria. Muchas gracias.

Buenos Aires, 18 de septiembre del 2010

Dr. Carlos Piedra Buena
Miembro de la Comisión Directiva del Instituto Argentino Chileno de Cutura.